Tuesday, June 30, 2009

"Bella luna" By: Jason Mraz


I recently listened to Jason Mraz' music for the first time and loved the way his guitar and voice made me feel. His songs made me smile, think sweetly of love and romance and more importantly, hope I would fall in love again, or fall in love for the first time (at this point of my life, I wonder if I've ever been in love). Jason's voice changes when he sings "bella luna, my beautiful, beautiful moon" and it just stirs your feelings up and fills you with magic.

Mystery the moon
a hole in the sky
a supernatural nightlight
so full but often right
a pair of eyes a closing one
a chosen child of golden sun
a marble dog that chases cars
to farthest reaches of the beach and far beyond into the swimming sea of stars

the cosmic fish they love to kiss
they're giving birth to constellations
no riffs and oh no reservation
if they should fall you'd get a wish or dedication
may i suggest you get the best
for nothing less than you and i
let's take a chance as this romance is rising oh before we lose the lighting
oh bella bella please
bella you beautiful luna
oh bella do what you do

you are an illuminated anchor
of leads to infinite number
a crashing waves and breaking thunder
tiding the evenflows of hunger
you're dancing naked there for me
you expose all memory
you make the most of boundary
you're the ghost of royalty imposing love
you are the queen and king combining everything
into twining like a ring around the finger of a girl
i'm just a singer, you're the world
all i can bring ya
is the language of a lover
(the language the language the language of love)
bella luna
my beautiful beautiful moon uh
how you swoon me like no other

may i suggest you get the best
of your wish may i insist
that no contest for little you or smaller i
a larger chance said but all them they lie
on the rise, on the brink of our lives
bella please
bella you, beautiful luna
oh bella do what you do
bella luna, my beautiful beautiful moon
how you swoon me like no other, oh oh oh



To listen to this song in Mraz' amazing voice visit:
http://www.youtube.com/watch?v=16aeeTqTAP8

Where have I been? I just learned of Keith Urban's existence and I can't stop listening to his music. The lyrics are beautiful. The guitar sounds great. His music is groovy, thoughtful, deep, romantic...

There are some of my favorite songs:

Raining on a Sunday
http://www.youtube.com/watch?v=GhWiBcsy1TM&feature=related

Making Memories of Us
http://www.youtube.com/watch?v=xtlaUVEmUOk&feature=channel

Stupid Boy
http://www.youtube.com/watch?v=y0H4Vr6Czwo&feature=related

And my ultimate favorite, favorite: "You'll think of me"
http://www.youtube.com/watch?v=k5Zrheej9kA



La realidad de Cuba está reflejada en la canción "Catalejo" de Buena Fe, un duo que vive en la isla, chocando con esa realidad a diario, e inspirándose en ella para escribir sus maravillosas canciones.

http://www.youtube.com/watch?v=lE_SA2224ps&feature=related

Reflexiones al atardecer desde un balcón de Miami


En la tarde se me antoja que Miami se despierta a otra ciudad, el Miami nocturno. Los que viven en el downtown de esta ciudad pueden tal vez apreciarlo aún mejor. Al atardecer, los colores gris y azul son los que predominan y envuelven sus edificios en una especie de niebla que se torna amarilla, rojiza, o anaranjada, en dependencia del atardecer de ese día. Mirando la ciudad en ese momento, al atardecer y desde cualquier balcón, uno puede reflexionar con calma y llegar a varias conclusiones:

“Hoy veo catarsis, mañana habrá nacimientos” citando la canción Catalejo de Buena Fe.

Desde arriba somos pequeños, e insignificantes, hay tanta gente en esta y otras ciudades que no llegaremos a conocer que definitivamente no vale la pena obsesionarse con una sola persona. Si desde el piso 52 nos vemos pequeños, e insignificantes, desde el espacio lo seremos aún más. Nos creemos grandes, imprescindibles, populares, importantes, entre otras cosas, pero la realidad es que somos muchos y pequeñitos todos. Por qué entonces no pasarla lo mejor posible en la ciudad y este mundo? Por qué no perdernos en el laberinto que forman las calles ciudadinas para disfrutar de su vida esfímera, si después y a pesar de todo, esto también pasará?

Monday, June 29, 2009

Bañarse bajo un aguacero de junio, correr por la arena mojada hasta llegar a la playa para meterse en el agua salada del mar, sintiendo la dulzura del agua que cae del cielo y probar sus sabores, el dulce y el salado para concluir que eso es vivir. Es vivir la vida. Saboreándola toda y como venga. Subir con un grupo de amigas a un árbol y reírnos a carcajadas intentando colgarnos de sus ramas para resbalar, caer, o estar al borde de ambas cosas. Eso es volver a la infancia! Qué domingo tan bello he vivido! Cuando uno se pone en contacto con la naturaleza, siente que la vida es corta, que hay que vivirla toda y abrir los poros para absorver los colores y la alegría de ésta, sus ciclos y estaciones.

Libros

Libros para huir de nuestras realidades, para viajar a países, conocer culturas de las que deseamos saber y no podemos ir a ver en persona. Libros, simplemente para reír, pensar, aplicarlos a nuestras vidas, o ver nuestras vidas reflejadas en ellos. Libros para escuchar nuestras palabras en las de los protagonistas y redescubrir una y otra vez que la realidad se parece mucho a la ficción y que la ficción sale de la realidad, por más que el derecho de autor lo refute. Libros para aprender que la realidad, nuestras vidas, es muchas veces más dramática que los libros que creemos exagerados, e irreales.

Aquí van los 10 libros favoritos de Paulo Coelho, un escritor al que me encanta leer, porque tiene la habilidad de transmitirme paz. Quisiera leer algunos de los libros que él cita entre sus favoritos. Otro día hablaré sobre los libros que me han cambiado la vida.

1-La biblia

2-Tropico de Cáncer-Henry Miller

3-A Separate Reality-Carlos Castañeda

4-Ficciones-Jorge Luis Borges

5-The French Lieutenant's Woman-John Fowles

6-Gabriela, Clove and Cinnamon-Jorge Amado

7-Dialogues by Plato

8-The Prophet-Kahlil Gibran

9-Fables-La Fontaine

10-Cien años de soledad-Gabriel García Márquez

11-The Marriage of Heaven and Hell-William Blake

12-The Sewing Circles of Herat-Christina Lamb

13-If Only It Were True-Marc Levy

14-Plato, not Prozac-Lou Marinoff

15-The Monk Who Sold His Ferrari-Robin Sharma

Monday, June 22, 2009

La otra orilla

Esta canción me conmueve; me recuerda a los tiempos en los que estaba en la otra orilla y cómo siento que mi familia me ve ahora, ellos álla y yo acá.

La otra orilla
(Frank Delgado)

Yo siempre escuché hablar de la otra orilla
envuelta en una nube de misterio.
Allí mis tíos eran en colores,
aquí sencillamente en blanco y negro.

Había que hablar de ellos en voz baja
a veces con un tono de desprecio.
Y en la escuela aprendí que eran gusanos
que habían abandonado a su pueblo.

Bailando con Celia Cruz, oyendo a Willy Chirino,
venerando al mismo santo y con el mismo padrino.
Allá por la Sabuesera, Calle 8, Jallaldía,
anda la media familia que vive allá en la otra orilla.

Un día Tío volvió de la otra orilla
cargando con su espíritu gregario
y ya no le dijeron más gusano
porque empezó a ser un comunitario.

Y al fin llegó el fatídico año 80
y mi familia fue disminuyendo
como años antes pasó en Camarioca
el puerto del Mariel los fue engullendo.

Aún continúa el flujo a la otra orilla
en vuelos regulares y balseros
y sé que volverán sin amnistía
porque necesitamos su dinero (o su consuelo, yo no sé).

Se hospedarán en hoteles lujosos
y pagarán con su moneda fuerte
y aquellos que les gritamos escorias (como yo)
tendremos que tragarnos el nombrete (no digo yo).

Bailando con los Van Van, oyendo a Silvio y Pablito,
haciendo cola pa'l pan, o compartiendo traguito.
La dignidad y la distancia son más de noventa millas.
Yo decidí a cuenta y riesgo quedarme aquí en esta orilla.

Bailando con Celia Cruz, oyendo a Silvio y Pablito.

No le digan más escoria, que esos son los marielitos.

En mezcla tan informal, merengue con platanito.

Puede que el pan se demore, aguanta hermano un poquito.

Por mucha escasez que haya, yo te brindaré un traguito.

Esa emisora mi hermano, ponla un poco más bajito.

Dice que vienen llegando, cuidado con tu optimismo.

Buena Fe cantando esta canción en vivo:

Men & Parking Spaces


I was driving to school on today's rainy, June afternoon. As usual, I was running late for class and so desperate to get there, I almost took one of the parking spaces all the way in the back of the lot, thinking I wasn't going to find a better space at that time. Then, I thought again and decided to park closer to the building to avoid getting wet for walking under the rain, which just at that moment started pouring.
"Just for trying, what would I lose?" I asked myself. If I don't find a good parking space on the front, I can always come park in the back. Sure enough, I found a parking space in the front row, a whole block closer to the building than I was going to park initially. When I collected my books and walked out of the car, I remembered one of my friends saying: "Good men are like parking spaces. There are only a few and the best ones are already taken."
I concluded that just like my parking hunt, it's always worth to take a risk and go look for the man you want and dream of, because the feeling of realizing later on that such a man existed and you settled for less, must be unbereable.

"Lo que se quiera ir de tu vida, déjalo ir. Si se quiere ir es porque lo mejor es que se vaya. El agua estancada se vuelve putrefacta" me aconsejó hoy una amiga y a sus palabras sabias, yo añadiría que el amor retenido a la fuerza se pudre en el pecho del que más quiere y asfixia al que menos ama. En ocasiones llega a provocar tristeza y hasta lástima; por lo que cuando uno siente que se debe ir, sólo queda llenarse de valor y hacerlo y si es la otra persona la que desaparece, sin un adiós, ni explicación, hay que acordarse siempre que lo que se quiere ir de la vida de uno hay que dejarlo salir; abrirle las puertas y ventanas para que se vaya pronto y no te haga perder un día, un minuto, ni un instante del limitado espacio de tiempo que como humanos nos corresponde vivir. A fin de cuentas, lo cierto es que el agua estancada se putrefacta. Por qué creer que sólo por amor sobrevivirán los peces en aguas contaminadas y turbias? En el amor no hay cabida a dudas. Se trata de sí, o no, de un te quedas, o te vas. No es bueno irse dejando el corazón, ni quedarse con éste en otra parte.

Friday, June 19, 2009

Don Quijote, el caballero andante


Don Quijote de la Mancha, el nuevo caballero andante, aparece en escena cuando los libros de caballería eran literatura obsoleta, condenada a la crítica y al olvido. Miguel de Cervantes, su creador, pone a disposición de Don Alonso Quijano una biblioteca atestada de estos libros que lo llevan a enloquecer al punto de querer convertirse en caballero y lanzarse al mundo en búsqueda de aventuras y desafíos. Cervantes, se vale de este personaje para parodiar las novelas de caballerías y darnos su definición de caballero andante. El obviamente tiene una opinión de ellos muy distinta a la de don Quijote. Este trabajo se propone analizar la figura del caballero andante, según el propio personaje y el autor.
Desde el inicio de la obra, Cervantes ridiculiza los caballeros andantes describiendo a don Alonso Quijana “de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro” (I, 33), características todas opuestas a las de los caballeros andantes de las novelas. Del mismo modo, el caballo que se busca don Alonso no se iguala al “Bucéfalo” de “Alejandro” ni al “Babieca del Cid”, pero él se empeña en ser caballero andante y para serlo necesita un caballo. Valiéndose de su imaginación, imagina su rocín más fuerte y joven de lo que en realidad es y lo llama Rocinante por considerar el nombre “sonoro, alto y significativo”. Definitivamente todo es una ironía que bien pudiera provocar en los lectores de entonces la gracia que causa en los lectores modernos. Sin embargo, para ser un caballero andante, según don Quijano, no basta tan solo con tener un buen caballo, se debe llevar además un nombre digno que realce la magnificencia de un caballero. De manera que rigiéndose por las leyes de caballería se cambia el nombre por el don Quijote inspirado en la leyenda de Amadís de Gaula:
El valeroso Amadís no sólo se había contentado con llamarse Amadís a secas, sino que añadió el nombre de su reino y patria, por hacerla famosa, y se llamo Amadís de Gaula, así quiso, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de la suya y llamarse don Quijote de la Mancha, con que, a su parecer, declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre della. (I, 42)
Con caballo y nombre nuevo se le ocurre al futuro caballero andante que lo que necesita es una dama para encomendarse a ella en sus batallas y dedicarle sus victorias como hacen los caballeros de las novelas. Según don Quijote, las damas cumplen un papel importante en las fábulas caballerescas: “en este nuestro estilo de caballería es gran honra tener una dama muchos caballeros andantes que la sirvan, sin que se entiendan más sus pensamientos que a servilla por sólo ser ella quien es, sin esperar otro premio de sus muchos y buenos deseos, sino que ella se contente de acertarlos por sus caballeros” (XXXI, 330). Cuando Cervantes describe la dama que don Quijote elige se nota que está satirizando a la mujer ideal que alaban los caballeros andantes y por ende, ridiculizando también las novelas de ese género. Aldonza Lorenzo es al igual que don Quijote, la antítesis de lo que son las damas de los caballeros. Ella es una labradora del Toboso, que Sancho describe más adelante como una mujer de campo, fuerte de físico, rayando en tosca y de olor desagradable. Sin embargo, don Quijote la idealiza y en sus momentos de apuro la invoca pidiéndole amparo y protección, actuando como los caballeros que admira en los libros de caballería y que tanto se esfuerza en imitar: “Oh señora de mi alma, Dulcinea, flor de la hermosura, socorred a este vuestro caballero, que, por satisfacer a la vuestra mucha bondad, en este riguroso trance se halla!” (VIII, 73).
Los caballeros andantes deben abandonar su pueblo al amanecer y por la puerta trasera para que nadie los vea y así hace nuestro caballero cuando deja el suyo para ir en búsqueda de aventuras. De aquí en adelante, para asemejarse a sus héroes, don Quijote se ve obligado a desfigurar aun más su realidad para que ésta se parezca a la del mundo fabuloso de los libros de caballería. Llegado a este punto de la obra, se habla de cuáles son los ideales y principios de los caballeros andantes, los cuales no se enfatizan hasta más tarde, cuando explica el por qué de sus aventuras. Como todo caballero, su misión es la de proteger y ayudar a pobres y desvalidos, por ello se lanza al mundo en búsqueda de aventuras y batallas por ganar.
Mas un caballero andante, según el conocimiento que don Quijote tiene sobre el manual de caballería, debe pasar su primera noche rezando en una capilla y cuidando de sus armas. El inconveniente es que don Quijote quiere hacer algo que en la realidad nadie hace. Los caballeros andantes ejercen su misión en la ficción, no en la vida real, por lo que él no cuenta con castillo, ni capilla para cumplir su cometido. Entonces su imaginación que raya en locura lo lleva a desfigurar la realidad para poder cumplir sus deseos. Imagina que el ventero es el dueño del castillo, que en realidad es una venta, el campesino lo figura anunciante de su llegada y las prostitutas las cree doncellas.
Una vez ordenado caballero andante, don Quijote declara que lo ha hecho “para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer a los huérfanos y a los menesterosos” (XI, 115). Por ello le pide a un campesino rico que deje de golpear a su mozo Andrés por haberle perdido unas ovejas. En esta escena, el protagonista muestra dos valores que deben caracterizar, según él, a los caballeros andantes. El primero, es el de defender a los desvalidos, por ello don Quijote intercede por Andrés que no tiene quien lo defienda y padece los azotes de su furioso amo. El segundo principio caballeresco que demuestra es la importancia que le da a la palabra. Al amo darle a don Quijote su palabra de que perdona al mozo, éste le cree porque para los caballeros andantes las promesas se cumplen y las palabras tienen peso.
Un caballero además necesita un escudero y tras su primera aventura Don Quijote decide escoger uno. Sancho Panza es su elegido. Este es un campesino, vecino suyo, quien al igual que Dulcinea y el propio don Quijote, es la antítesis del escudero de las novelas de caballería. Dulcinea no es bella y ni agraciada como las heroínas de los libros y don Quijote tampoco es joven ni fuerte como los caballeros andantes; por lo que Sancho no es la excepción y se cumple el objetivo del autor que es parodiar las novelas de caballerías. Sancho es grueso, inculto, pobre y “de poca sal en la mollera”. Esta selección de escudero reafirma la locura de nuestro peculiar caballero andante. El lector familiarizado con las novelas caballerescas de la época reconocía inmediatamente que en ninguna de ellas aparecía un escudero con la descripción de Sancho Panza.
La primera gran aventura de don Quijote en compañía de Sancho es la de los molinos de viento. Todos saben que los gigantes no existen, aunque en las novelas de caballerías estos son protagónicos y se puede decir que imprescindibles. Cervantes parodia cien por ciento las figuras fantasiosas de los gigantes, sobre las que a tantas personas le gusta leer, cuando don Quijote confunde los molinos con gigantes, a los que se dirige diciendo: “Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que en un solo caballero es el que os acomete” (VIII, 90). Aunque Sancho intenta convencerlo de lo contrario, don Quijote se empecina en que estos son gigantes y arremete contra ellos. Una vez vencido, el hidalgo culpa el poder de un mago sacado de los libros de caballería de la transformación de los gigantes en molinos. Don Quijote muestra algo más aquí sobre los caballeros andantes. Según él, estos debían ser valientes y arriesgarse, lanzándose contra gigantes aunque estos no le hubiesen hecho daño alguno.
En otra ocasión, don Quijote ve dos rebaños de ovejas frente a frente y las imagina ejércitos. Creyendo que se trata de una guerra y queriendo evitarla, el caballero se lanza sobre ellas y acaba siendo apedreado por los pastores que quieren proteger sus animales. Según don Quijote, los caballeros andantes están para hacer el bien y evitar tragedias como las guerras. Mas como en realidad no existen, él se la tiene que pasar inventándose situaciones similares a las que ha leído para vivir su fantasía. A los galeotes que son criminales enviados a las galeras como forma de castigo por orden del rey, se ve en el deber de liberarlos porque estos van en contra de su voluntad. A los sacerdotes de San Benito que viajan de noche los ataca imaginando que son fantasmas y con un grupo de monjes que acompañan a una joven se comporta de forma extremadamente violenta, creyendo que llevan secuestrada a una princesa. No cabe dudas que nuestro caballero exhibe una valentía comparable a la de los caballeros del pasado y esto inspira respeto entre los que lo aprecian a pesar de reconocer que se trata de batallas baldías.
Con la excepción de Sancho, ningún personaje ve a don Quijote como si éste fuese un caballero andante. Muchos personajes lo dan más bien por loco. Un ejemplo de ello es que el ventero ve a unos visitantes llegar y admirar las palabras que le escuchan decir al supuesto caballero andante y les explica que “era don Quijote, y que no había que hacer caso del, porque estaba fuera de juicio” (XLIV, 322). El cura también reconoce la locura de don Quijote cuando en la siguiente escena dice que: “estaba persuadiendo el Cura a los cuadrilleros como don Quijote era falto de juicio, como lo veían por sus obras y por sus palabras, y que no tenían para que llevar aquel negocio adelante, pues aunque le prendiesen y llevasen, luego le habían de dejar por loco” (XLVI, 333). Las novelas de caballerías provocan esta locura en don Quijote y uno de los personajes que más claramente llega a esta conclusión casi al final de la primera parte de la obra, es el canónigo cuando le dice:
“Paréceme, señor hidalgo, que la plática de vuestra merced se ha encaminado a querer darme a entender que no ha habido caballeros andantes en el mundo, y que todos los libros de caballería son falsos, mentirosos, dañadores e inútiles para la república, y que yo he hecho mal en leerlos, y peor en creerlos, y mas mal en imitarlos, habiéndome puesto a seguir la durísima profesión de la caballería andante, que ellos ensenan, negándome que no ha habido en el mundo Amadises, ni de Gaula ni de Grecia, ni todos los otros caballeros de que las escrituras están llenas” (XLIV, 353).
La opinión que el canónigo tiene de los caballeros andantes parece ser la voz de Cervantes. El autor a través del personaje de don Quijote se burla de las hazañas sobrehumanas que las novelas les achacan a los caballeros andantes. En voz del canónigo, el autor le está diciendo a los lectores que todos los que crean que los caballeros existen están locos y el que intente imitarlos, como hace don Quijote, acaba desequilibrado igual que él.
Cervantes en ocasiones califica a don Quijote de cobarde, una característica totalmente anti-caballeresca. Esto se demuestra cuando dos huéspedes intentan abandonar la venta sin pagar y al ventero detenerlos, los dos hombres comienzan a golpearlo. De ahí que Maritornes, la ventera y su hija corran hacia don Quijote para pedirle ayuda. Primeramente éste les da la excusa de no poder luchar contra los hombres hasta que la princesa Micomicona le de permiso de hacerlo; cuando éste se le es concedido, les dice que no puede luchar contra “gente escuderil”. Por la actitud de don Quijote, Maritornes, la ventera y su hija dicen sentir “rabia” y Cervantes añade que “se desesperaban de ver la cobardía de don Quijote” (325). Aquí el autor está calificando de cobarde a don Quijote, según su perspectiva y la de otros personajes que presencian su actuación. Esta escena se puede interpretar como otra crítica de Cervantes a los protagonistas de las novelas de caballerías.
Al final de la obra, el barbero y el cura llevan a don Quijote de regreso a su pueblo, enjaulado en una carreta de mula, un domingo al mediodía. El propio don Quijote, en medio de su locura, se sorprende de ver la condición en la que se encuentra:
“Muchas y muy graves historias he yo leído de caballeros andantes; pero jamás he leído, ni visto, ni oído, que a los caballeros encantados los lleven de esta manera, y con el espacio que prometen estos perezosos y tardíos animales; porque siempre los suelen llevar por los aires, con extraña ligereza, encerrados en alguna parda y oscura nube, o en algún carro de fuego, o ya sobre algún hipógrifo o otra bestia semejante; pero que me lleven a mi agora sobre un carro de bueyes… también podría ser que, como yo soy Nuevo caballero en el mundo, y el primero que ha resucitado el ya olvidado ejercicio de la caballería aventurera, también nuevamente se hayan inventado otros géneros de encantamentos, y otros modos de llevar a los encantados” (XLVII, 339).
Este don Quijote que regresa a su pueblo es muy diferente al hidalgo que lo abandona lleno de fuerzas y ganas por vivir las aventuras típicas de los caballeros andantes. No sólo demuestra haber perdido sus fuerzas al dejarse llevar como un animal de regreso a casa, aún cuando Sancho le propone abrirle la puerta de la jaula, pero también en la forma en la que reacciona a la historia del cabrero. Este último le cuenta que la mujer que ama se enamoró del hombre equivocado, el cual acabó robándole sus joyas y la abandonó en una cueva. El cabrero también le cuenta que el padre de la muchacha la encerró en un convento cuando ella regresó a casa. Por su parte, él había decidido irse a sufrir a los montes. Don Quijote le cuenta todo lo que él haría si tuviese fuerzas para liberar a la muchacha y concluye que no puede cumplir con su papel de caballero andante porque está encantado. Esto demuestra un cambio radical en un hombre que se enfrentaba a más de cinco hombres, en el caso de su aventura con los que creyó fantasmas, o arremetía contra molinos de viento.
Al final de lo que parece ser un largo y pesado trayecto para regresar don Quijote a su casa, la sobrina y ama de éste lo reciben y tienden en su antiguo lecho, no sin dejar de maldecir los libros de caballerías a los que desde un principio culpan de su locura:
“Aquí alzaron las dos de nuevo los gritos al cielo; allí se renovaron las maldiciones de los libros de caballerías; allí pidieron al cielo que confundiese en el centro del abismo a los autores de tantas mentiras y disparates” (LII, 368). Una vez más, Cervantes le está diciendo a los lectores que toda persona que intenta ser en la vida real un caballero andante termina loco, o desgastado como don Quijote, porque las hazañas sobrehumanas que los libros ensalzan son imposibles de realizar por hombres de carne y hueso.
Don Quijote cumple su sueño de ser caballero andante; aunque para hacerlo tenga que desfigurar la realidad, o enfrascarse en aventuras baldías. A través de su personaje, los lectores conocen lo que para él era ser un caballero andante y la forma en la que las novelas de caballerías describen a los mismos. Por su parte, Cervantes, el creador del personaje, demuestra una opinión de estos muy distinta a la de don Quijote. El autor parodia abiertamente los ideales caballerescos, burlándose de su afán por hacer el bien, cuando en ninguna ocasión a los que él “supuestamente” ayuda se lo agradecen, o le devuelven el favor. Cervantes da su opinión más explícitamente a través de las palabras del cura, el canónigo, el ama y hasta la sobrina de don Quijote, quienes opinan que los libros de caballería son “mentirosos”, “falsos”, e “inútiles”. Definitivamente, Cervantes consideraba que las novelas de caballería eran una pérdida de tiempo, tal vez por ello permite que cuando limpian la biblioteca quemen todos sus ejemplares con la excepción de una. Aunque su obra se basa en esas novelas, por su estilo de narración, los matices que Cervantes le da a sus personajes, la híbridez de géneros dentro de la obra, desde sonetos cultos, poesía pastoril, cartas, hasta historias sentimentales, pastoriles y árabes, hacen de ésta una obra maestra que ha trascendido tiempos, a diferencia de los libros de caballería que han quedado en el olvido.

Obras citadas
Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha I. Ediciones y Distribuciones Mateos.
Madrid: Editorial EDIMAT LIBROS, S.A, 1998.