Sunday, October 12, 2014

Mi historia con Nuestra Señora Aparecida

El lunes 8 de septiembre, día de la Virgen de la Caridad, me alegró cuando en el canal me asignaron cubrir las celebraciones con motivo del día de la virgen que desde hace décadas se realizan en Miami. Mientras cubría la emocionante procesión y entrevistaba a devotos, me cruce con el obispo brasileño de Nuestra Señora Aparecida y lo entreviste, al igual que hicieron otros periodistas. Fue conversando fuera de cámara con el padre como supe que había venido a Miami para traer una réplica de la virgen Aparecida "para que los brasileños en Miami Beach la vayan a adorar" me dijo.  La imagen la había dejado en la iglesia Saint Patrick de Miami Beach y en el momento en que me lo dijo no pensé nada, continúe mi trabajo, escribí, edite el reportaje y salimos en vivo para el noticiero de las 11 de la noche. Al día siguiente caía martes y de costumbre los tengo libre. Ese día desde que me levanté me dije tengo que ir a ver la imagen de la Aparecida, la virgen de los brasileños.  No se por que desperté con esa inquietud, me viste y conduje hasta la iglesia Saint Patrick en Miami Beach. Al llegar mi pareja y yo anduvimos por toda la iglesia, mirando altar por altar y no vimos a la virgen. Yo,dije bueno recemos. Después de un rato salimos pero sentí que no había logrado mi misión y me encontré con una monjita negra en la acera, después descubriría que todo la virgen es de color negro. Le dije
 - Hermana, ayer me entere que el obispo trajo una imagen de la virgen de Brasil a aquí. Vine a verla y no la veo en la iglesia.
Ella me respondió:
-Debe estar en la sacristía.
Volví a entrar a la iglesia. Seguí buscándola y no la vimos por ninguna parte. Entonces dije en alta voz
- Que ironías tiene la vida! La Virgen Aparecida esta desaparecida.
Después de recorrer la iglesia Saint Patrick, salimos resignados a irnos a casa sin ver a la Aparecida y mi novio insistió:
-No vamos a entrar a la oficina de la iglesia y preguntar.
Pero en la iglesia como tal todas las puertas de las oficinas estaban cerradas y debimos cruzar la calle y entrar a otro edificio que parecía ser parte de Saint Patrick.
-Hola señora, discúlpeme- le dije a la recepcionista. -Estamos aquí porque queremos ver a la Aparecida.
-Lo siento mucho pero no pueden verla porque esta guardada.
-Como que esta guardada?
-Si, la sacamos el día que la trajeron pero no la dejamos afuera hasta que no arreglemos un lugar para ella.
Tras esa negativa, nos pasó el párroco de la iglesia por enfrente (no sabíamos quien era en ese momento) y nos pregunto:
-Están buscando a la Aparecida.
-Si.
-Sois brasileños?
-Yo no. El si.
-Vengan que los voy a llevar a ver la virgen si me ayudan a cargar esta caja.
Entonces paso algo sorprendente. El padre salió de la oficina, cruzamos la calle con el, atravesamos la escuela que esta justo al lado de la iglesia y caminamos por pasillos y patios hasta llegar a la casa de los curas. Una vez dentro de la casa de los curas nos llevo a una capilla que sólo tenía 4 pequeñas sillas y un altar. Encima del altar estaba la imagen de la virgen Aparecida.
-Esta es la capilla de los curas. La virgen tiene esta corona que no es de oro de verdad, pero ven que parece lo contrario. La imagen es tam pequeñita que nos da miedo dejarla en el altar y que alguien se la lleven sin darnos cuenta. Le estamos preparando un lugar especial para ella con un cristal que la proteja y mientras tanto la pusimos aquí, en la capilla privada de los curas. Se pueden quedar todo el tiempo que deseen.
Por rato rezamos en total paz y tranquilidad. Nunca antes había rezado en la capilla de los curas y esta no tenía nada especial aparentemente. Todo en ella era sencillo, muy blanco y simple y a la vez lleno de una paz extraordinaria. Al rato regresó el párroco y nos pregunto si podía rezar sus oraciones con nosotros.
Por primera vez rece con un sacerdote las oraciones que diariamente ellos hacen más de una vez al día. Cuando terminamos nos pregunto:
- Desean celebrar misa conmigo y otro sacerdote chileno que está de visita en Miami?
Yo no le podía decir que no. Nunca antes había celebrado misa con sólo cuatro personas, de las cuales dos eran curas. Fue una celebración hermosa! En verdad creo que fue la misa más bella a la que ha asistido en toda mi vida. Sentí la presencia de Dios, sentí la bendición de la virgen, todo me pareció una gran sorpresa, mágica, diferente, inesperada. Me llene de una paz y un amor que me alegraron el cuerpo y el alma profundamente. Al terminar la misa yo hice algo que nunca antes había hecho. Le dije a los tres hombres que me acompañaban, los dos curas y mi novio, por que no le cantamos a la virgen? A ellos les daba pena, o no se que y yo entone sola, sin saber cantar bien, una de mis canciones favoritas dedicada a la virgen, que dice así: A los pies de la virgen, traigo mis penas, mis plegarias, mis sueños, mi vida entera, ruega por nosotros santa madre de Dios. Para ser dignos de las promesas del señor.
Cuando termine de cantar todos me miraron y dijeron que había sido hermoso. En ese día había vivido tantas cosas por primera vez que yo me atreví a hacer algo en honor a la virgen, en señal de mi fe, que nunca antes había hecho.
El párroco de Saint Patrick me dijo: la virgen los trajo. Estos son las cosas que hace la Aparecida. Yo sentí que sus palabras no podían ser más verdaderas.

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