Wednesday, May 13, 2009

El castillo de coral y mi idea para resolver la infelicidad...


Mesa en forma de corazón en el Castillo de coral (Coral Castle) en Homestead. Un hombre enamorado construyó solo y con unas cuantas herramientas todo un castillo de coral que dedicó a la mujer de la que se enamoró y la cual nunca le correspondió. Ella se casó con otro hombre, no se volvieron a ver y jamás visitó el castillo de coral que el hombre enamorado, probablemente el que más la amó, le construyó a ella. El hombre y la mujer murieron. El castillo sigue en pie. Hace unos meses lo visité con unas amigas y concluí que el castillo de piedras pesadas y masisas nos sobreviviría todos, pero el sentimiento que inspiró su construcción, el amor no correspondido, sería eterno y trascendental.

Si pudiese pedir un deseo le pediría a Dios que todos los seres humanos nos amen de la misma forma y medida exacta en la que los amamos, ni un poco más ni un poquito menos. Sin palabras de menos, ni besos de más. Es decir, si tú quieres a alguien que esa persona te corresponda de la misma forma y con la intensidad exacta con la que tú la amas. Si lo has dejado de querer, o ha cambiado el amor, o ha evolucionado, o has conocido a alguien, o como lo llames, que los sentimientos del individuo amado también evolucionen como los tuyos. Si un hombre te quiere como amiga, que tú sólo lo quieras a él como amigo y así sucesivamente. Creo que si Dios hubiese sincronizado a nivel sentimental todos los corazones humanos nos hubiese ahorrado muchos dolores de cabeza, parejas disparejas, uniones por pena, rupturas, heridas, esperas por llamadas que no ocurrirán y sentimientos que no se confesarán porque no se sienten. Pero así nos hizo. Tal vez esa falta de sincronización "corazonal" nos hace las vidas más interesantes y fue un error divinamente intencional. Quién sabe?

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home