Friday, July 18, 2008

Lo que aprendí del agua para trabajar en noticias

“Se puede cargar hasta agua en un colador si se tiene paciencia para esperar a que ésta se convierta en hielo.”



Ese fue el consejo que me dio mi padre. Cada vez que me impaciento, cosa que ocurre a menudo, pienso en sus palabras. No sé si la impaciencia se deba a mi edad y el afán de hacer más cosas y lograr muchas metas. Me arrebato por trabajar y lograr mis planes como si el tiempo se me fuese a terminar, sin darme oportunidad de hacer lo que soñé ser.

Ser paciente se me hace difícil cuando veo a otros que con menos preparación que yo en todos los sentidos, logran el trabajo de mis sueños y tribulaciones. He conocido gente que no sabía lo que quería estudiar, u otras que estudiaron conmigo periodismo y sin terminar sus carreras consiguieron un buen trabajo. No me mal interpreten. A mí me alegra la buena bienaventuranza de otros. Mas, me parece irónico que teniendo más experiencia en los medios de prensa, siendo una graduada y estando bien preparada, la plaza a la que aspiro se le de a otra persona. He visto que en mi profesión los reporteros escalan porque están en el lugar correcto a la hora adecuada y no se trata tanto de profesionalismo, ni talento como sería lo justo.

En mi carrera como reportera de televisión, la mayoría de los colegas que he conocido y visto con mis propios ojos, prefieren lucir bien en cámara a dar la información exacta. He estado cubriendo una noticia y he oído a un reportero de otro canal dando la información opuesta a la escrita en los claves, e incompleta, es decir, he sido testigo de la desinformación de los oyentes a manos de los periodistas. El último evento memorable que cubrí fue la visita de Bill Clinton a la conferencia anual de alcaldes estadounidenses en Miami. Tan pronto el ex presidente culminó su discurso corrí con mi camarógrafo a intentar entrevistarlo. Me sorprendió ver a un periodista que no sólo tiene muchos más televidentes que yo y por ende, más responsabilidades (creo yo), irse del salón de conferencia. El ya tenía lo que necesitaba para hacer su reportaje. No le pasó por su mente el que él es la voz de los que quieren y no pueden hacerle sus preguntas a Clinton y como periodista tiene el compromiso de ir por más información, de indagar, preguntar, saber y aprender más. Mi colega se fue.

Esa noche pensé en mi emoción por conocer de cerca a un ex presidente del país que me ha adoptado y concluí que esa oportunidad de ejercer mi derecho ha hablar y formular mi propia pregunta, ejerciendo la democracia, probaba lo maravillosa que era esta nación con todos, e incluso inmigrantes como yo. Correría yo la misma suerte en otro país de América Latina y Europa si no fuese nativa? También pensé en mi colega, un amigo afable y cansado de hacer noticias. “Aburrido” fue otra palabra que usó en referencia a su trabajo; yo no quería repetirla. No puedo entender cómo alguien se puede aburrir de algo tan cambiante y entretenido como informar y reportar las noticias. Las noticias son en sí volátiles, cambiantes, emocionantes. Si no me lo hubiese dicho yo me habría dado cuenta de igual modo. No quiero juzgarlo. He pensado que a mí me puede pasar lo mismo. Cuando haya cubierto muchas campañas presidenciales, tal vez el trayecto del candidato presidencial, John McCain, por los Everglades me deje de parecer una increíble aventura.

Hoy, yo respeto mi profesión, la ejerzo con la seriedad y empeño que creo ésta amerita. En más de una ocasión me he visto recordando las palabras de Oriana Fallaci, mi inspiración, diciendo que el periodismo era la mejor carrera del mundo. Es una pena que tantas personas que no lo creen así, o lo ejercen por el protagonismo de salir ante un lente de televisión, estén fungiendo como periodistas. Mi alma, por ahora y lucharé porque así sea siempre, está intacta. Yo no tomo el camino más cómodo, grabo lo que ocurre y me voy a mi casa, a descansar, o escribir en una computadora desde una oficina tranquila, con aire acondicionado. Yo investigo. Me intereso por informarle a mis televidentes todos los ángulos de la noticia, sin ocultarles ni darles la información a medias.

Tengo fe y estoy trabajando en mi aumento de paciencia, para ser la buena reportera de noticias que quiero ser y ser reconocida como tal.

Gracias por tu consejo, papá. Creo que si lo llevo a la practica lograré mis metas.

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