Tuesday, June 30, 2009

Reflexiones al atardecer desde un balcón de Miami


En la tarde se me antoja que Miami se despierta a otra ciudad, el Miami nocturno. Los que viven en el downtown de esta ciudad pueden tal vez apreciarlo aún mejor. Al atardecer, los colores gris y azul son los que predominan y envuelven sus edificios en una especie de niebla que se torna amarilla, rojiza, o anaranjada, en dependencia del atardecer de ese día. Mirando la ciudad en ese momento, al atardecer y desde cualquier balcón, uno puede reflexionar con calma y llegar a varias conclusiones:

“Hoy veo catarsis, mañana habrá nacimientos” citando la canción Catalejo de Buena Fe.

Desde arriba somos pequeños, e insignificantes, hay tanta gente en esta y otras ciudades que no llegaremos a conocer que definitivamente no vale la pena obsesionarse con una sola persona. Si desde el piso 52 nos vemos pequeños, e insignificantes, desde el espacio lo seremos aún más. Nos creemos grandes, imprescindibles, populares, importantes, entre otras cosas, pero la realidad es que somos muchos y pequeñitos todos. Por qué entonces no pasarla lo mejor posible en la ciudad y este mundo? Por qué no perdernos en el laberinto que forman las calles ciudadinas para disfrutar de su vida esfímera, si después y a pesar de todo, esto también pasará?

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